
Vivimos como anestesiados. Dice Jon Sobrino que los seres humanos no nos resistimos a ver la realidad tal cual es, sino que la encubrimos, y no queremos escuchar su palabra, sino que la desoímos. Y sólo el clamor del terremoto nos saca por una temporada de nuestro ensimismamiento. ¿Cómo es que no vemos hasta entonces un mundo de cruel inhumanidad?
Dentro de una o dos semanas, todo esto habrá pasado y la pobreza ya no será actualidad, volveremos a nuestra rutina de pequeños problemas y miserias.
ResponderEliminarComo ya paso en otras grandes catástrofes.
A nivel mundial sí, pero a nivel local... ¿lo vamos a permitir? yo misma he escrito en este blog que el olvido llega pronto. Pero leyendo lo que has escrito, Jorge, me planteo: teniendo a Haití como proyecto en el colegio... ¿no creéis que podéis ayudar a recordar a tantas familias y a una ciudad entera que Haití sigue muriendo? Puede parecer poco... pero el mundo se mueve gracias a lo pequeño.
ResponderEliminarA veces dar por hecho que las cosas van a seguir siendo igual puede ser un autoengaño para no hacer algo más. Me lo aplico.
¡ÁNIMO!