Vivimos como anestesiados. Dice Jon Sobrino que los seres humanos no nos resistimos a ver la realidad tal cual es, sino que la encubrimos, y no queremos escuchar su palabra, sino que la desoímos. Y sólo el clamor del terremoto nos saca por una temporada de nuestro ensimismamiento. ¿Cómo es que no vemos hasta entonces un mundo de cruel inhumanidad?
sábado, 16 de enero de 2010
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Dentro de una o dos semanas, todo esto habrá pasado y la pobreza ya no será actualidad, volveremos a nuestra rutina de pequeños problemas y miserias.
ResponderEliminarComo ya paso en otras grandes catástrofes.
A nivel mundial sí, pero a nivel local... ¿lo vamos a permitir? yo misma he escrito en este blog que el olvido llega pronto. Pero leyendo lo que has escrito, Jorge, me planteo: teniendo a Haití como proyecto en el colegio... ¿no creéis que podéis ayudar a recordar a tantas familias y a una ciudad entera que Haití sigue muriendo? Puede parecer poco... pero el mundo se mueve gracias a lo pequeño.
ResponderEliminarA veces dar por hecho que las cosas van a seguir siendo igual puede ser un autoengaño para no hacer algo más. Me lo aplico.
¡ÁNIMO!