sábado, 29 de mayo de 2010

Hola,

Me llamo Isa Sola y soy una religiosa de Jesús-María. Nací en Barcelona y desde el 2008 estoy destinada en Puerto Príncipe, Haití.

El pasado 12 de enero, como todos sabéis, sufrimos el terrible terremoto que acabo con la vida de 300.00 hermanos nuestros y dejo más de 1,000.000 de heridos y refugiados en tiendas.

Parece que los medios de comunicación se han olvidado ya de esta tragedia… pero nosotros seguimos aquí, viviendo en tiendas de campana e intentando hacer lo más posible vida normal… pero realmente os tengo que admitir que no es nada fácil. Cada día moverse entre los escombros de las calles es difícil y duro porque nos recuerda a cada momento esos momentos de terror que nunca olvidaremos.

Hoy me dirijo a vosotros en nombre de todos los fieles y sacerdotes de mi Parroquia Sacre Coeur, en mi barrio de Turgeau. Bajo la parroquia murieron unas 30 personas que formaban parte del comité litúrgico que en esos momentos tenían una reunión. En la casa de los sacerdotes, al lado de la parroquia, estaban en ese momento 12 personas que también murieron bajo los bloques.



Se salvo solo el Párroco, P. Hans Alexandre, como por un milagro pues estaba entre los dos edificios. Solo Dios sabe la razón.

Desde entonces los fieles supervivientes celebramos la liturgia bajo un toldo o bajo tiendas alquiladas por cortos espacios de tiempo con las pequeñas aportaciones de cada uno. Pero no podemos estar siempre así y por eso, me dirijo a vosotros en nombre de P Hans y de todos los fieles para pediros ayuda económica para poder comprar carpas grandes para cubrir el altar y los bancos donde nos sentamos y protegernos tanto del sol como de las lluvias que ya han empezado.

Quizás algunos de vosotros os preguntéis por que solicito esto para la Parroquia. Y os puedo decir el motivo, tanto el gobierno como las organizaciones internacionales que están ayudando a Haiti, están preparando un plan de reconstrucción de la capital. Pero las Iglesias, hasta que se recoja dinero suficiente para la reconstrucción, estamos así, al aire, sin otra solución. Y la gente en estos momentos tiene sed de Dios, tiene necesidad de acudir a la Iglesia, de rezar, de celebrar su fe y agarrarse a lo único que les queda y que les mantiene: Dios. Si en algún lugar he comprendido lo que es tener fe, es aquí en Haití. Y he comprendido la necesidad de mantenerla, fortalecerla y hacerla crecer porque es lo que les mantiene fuertes ante las tribulaciones, la que les permite sonreír a pesar de tanto sufrimiento, la que les da coraje para seguir haciendo vida normal sobre los derrumbes del 12 de enero y seguir caminando. La Iglesia es realmente una Madre donde los haitianos se cobijan diariamente y es necesario que podamos favorecer esta acogida a todos los que buscan, piden, claman, lloran y agradecen…

Todo este milagro que veo cada día entre los haitianos es el que me empuja a escribiros en su nombre para pediros vuestra colaboración: Ayudadnos a comprar las carpas donde podamos celebrar nuestra fe y mantener nuestra esperanza y nuestro coraje. Todos somos Iglesia, ayudadnos a reconstruirla!!

Gracias por vuestra colaboración!



Isa Sola RJM

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