“Lo pequeño”, engrandece al ser humano

El otro día, en la galería del colegio, se acercó una alumna de 5º de Primaria para preguntarme si todavía se podía dar dinero para Haití… La miré y al comentarle que sí, me dió un sobre con dinero y noté en su rostro un cierto alivio al comprobar que "no llegaba tarde", que aún podía ella aportar algo de lo “suyo”, y digo de lo suyo porque, no sé por qué, intuí que había abierto su hucha para coger sus ahorros y compartirlos. Tengo que confesar que este gesto, que quizás a algunos les pueda parecer una pequeñez o sin importancia…, para mí fue algo que iba más allá de dar dinero…, era el fruto de alguien que ha visto, ha sentido y ha sido capaz de preguntarse cómo podía ella colaborar, compartir…, “estar al lado” de tantas personas necesitadas…, al lado de quién en este momento… literalmente no tiene nada.

Y ayer, sin ir más lejos, también me ocurrió, que hablando con un profesor, noté que una niña de 3º de primaria se acercaba y se quedaba a mi lado, esperando que yo acabase. De repente, me encontré con su mirada y me preguntó: "¿Sabes, cómo están los niños de Haití?". Reconozco que una vez más, me cogió por sorpresa y me emocionó ver toda esa cara llena de preocupación, interesándose por la “suerte” de los “allí”.

… el día siguió sorprendiéndome, cuando una amiga me contaba cómo una madre de una guardería, ubicada en un barrio marginal de Sevilla, que no tenía ni para pagar el comedor de sus hijos, se le acercó y le dió 3 € para poder enviarlos a Haití, y… siguió contándome sobrecogida, que una hora más tarde, un hombre que no tiene trabajo y que vive de lo que le dan, pues pide limosna para poder vivir…, fue a buscarla y le entregó alrededor de unos 5 €, todo en calderilla, y le dijo que él también quería compartir de lo poco que tenía con sus hermanos de Haití. Hay gestos que te dejan sin palabras...

Puff, el día fue muy intenso y pensé todo lo que el ser humano es capaz de aportar a este mundo cuando dejamos que el corazón hable. Y es que no cabe duda que estos gestos, a veces aparentemente pequeños…, hablan de la grandeza humana y de sus posibilidades como persona.

Creo que tenemos motivos para seguir soñando, poder mirar el futuro y creer que es posible un mundo más justo, más humano..., tenemos motivos para la esperanza... y entre todos es posible.